domingo, 21 de octubre de 2007

Que deseas que sea...



Qué deseas que sea, es una de las primeras preguntas que uno comienza a escuchar.

Mientras tanto, las abuelas empiezan a tener sueños premonitorios con el sexo del nietecito- y también le escuché decir a una tía que decía que tenía que ser mujercita, que estaban naciendo muchos varoncitos -sus primeros tres nietos eran varoncitos- Una amiga me dice con una seguridad inusual que va a ser hombre, que lo intuye porque tengo cara de padre de hombre.

El otro día escuchaba historias de la sabiduría intuitiva de antes, cuando no existía la ecografía y había que esperar los nueve meses: si la panza era media puntiaguda sería hombre y si se ensanchaban las caderas es que sería mujer, también escuche de una especie de método-ritual muy típico de los showers que consistía en algo así como un anillo –de preferencia el aro de matrimonio- colgado sobre el vientre de la madre, si el movimiento era pendular sería hombre ,y si el movimiento era circular sería mujer.

Están también las historias de hombres que anhelan por diversas razones un hijo hombre: que el apellido perdure, la sangre, la descendencia y que el primogénito de la familia se parezca al padre, aunque prácticamente no creo mucho en eso, es más, me gustaría que no se pareciera demasiado a mí.

Me contaron la historia de un hombre que siempre quizó tener una hija mujer. Con su primera esposa tuvo sus dos primeros hijos que fueron hombres. Años después se divorció, tuvo una segunda esposa con la que tuvo otro hombre. Tuvo después una amante que salió embarazada y fue también hombre. Regreso con su segunda esposa para tener el quinto hijo que resultó siendo otro varoncito. Finalmente, diez años después se ha vuelto a casar con una muchacha 22 años menor que él que esta embarazada esperando su sexto hijo hombre. Por otro lado, esta el abuelo de mi chica que tuvo seis hijas mujeres.

Qué deseas que sea. Alguien podría decir que tengo vocación de chancletero. Tengo como media idealizada la relación con la mujer, tengo dos hermanas por parte de madre y hasta dónde sé, dos por parte de padre. En casa hace varios años que tengo a mi chica y tres gatitas. Estoy acostumbrado a la presencia femenina. Alguien diría también que no quiero perder el “trono”. Tengo idealizada la imagen de la mujercita chocha que babea por el padre, me encanta escuchar cuando alguna muchacha habla “babeando” de su papá, demostrando ese especial apego que las hijas pueden llegar a sentir por el padre.

Por el contrario esto contrasta con cierta imagen de hijo hombre. La rebelión del hijo adolescente asociada a al intenso conflicto padre-hijo. Tengo una ecuación mental que tiene que ver con el tipo de relación: hija, mayor conflicto con la madre, hijo mayor conflicto con el padre.

Lo cierto es que es el padre quien determina finalmente el sexo del bebé desde el primer momento de la fertilización, depende del espermatozoide que llega, si contiene un cromosoma X o un cromosoma Y. No depende de uno sino de más de 200 millones de espermatuzoides que partieron hace catorce semanas en busca del ovulo.

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