Esta vuelta también coincide con lo que podría llamarse “Aniversario de concepción de Nina”.
Fue hace aproximadamente un año, por estos días un espermatozoide acaba de llegar al ovulo y se iniciaba la multiplicación celular, el cigoto, el embrión y Nina.
Es probable que haya sido en un lugar fuera de Lima, quizá en Lunahuana, en el Refugio de Santiago y a donde viajamos a pasar las fiestas patrias. Pudo haber sido también durante el mensaje de Alan García.
Después, los primeros días de agosto viaje solo a Pucallpa. Unas breves vacaciones, ganas de estar solo y un breve “retiro espiritual”. Un breve viaje sin rumbo, quería ir a la selva y entre otras cosas me la pase leyendo un libro de Hanif Kureishi que se llama “Mi oído en su corazón”, una especie de autobiografía a través del vínculo que el escritor tuvo con su padre: “una cosa que sí ves, aunque lleva toda una vida entenderla, es que el ser humano –tus padres y también tú – es imposible de conocer a fondo. Después de todo esto, el sentimiento que tengo respecto a mi padre es el que puedes tener sólo después de conocer a alguien mucho tiempo: el de que en realidad no le conoces en absoluto.”
Aquellos días el tema de la paternidad me tocaba de menaras diversas. Finalmente seguía sin saber quién fue mi padre, el hombre del que solo conservo unas cuantas fotos.
En aquel viaje no sabía que mi chica estaba embarazada, que iba a ser padre y que durante esos días las células comenzaban a multiplicarse. Nos enteramos recién, a los pocos días de haber regresado, un diez de agosto, un día como hoy…
domingo, 10 de agosto de 2008
La Vuelta. Parte uno
Han pasado más de dos meses y unos 77 días desde la última vez que posteé en el blog. Hace algunas semanas que quería volver, pero la falta de tiempo en estos meses han coincidido desgraciadamente con una sobrecarga de trabajo, la producción de un nuevo programa de televisión y la mayor parte del resto del tiempo, me la he pasado con la pequeña Nina. Sin tiempo de entrar al blog. Hace varios meses que no puedo leer un libro. Hace varios meses que no vamos al cine. Hace varios meses que no salimos de noche. Digamos que hace varios meses nuestra vida social desapareció. Nina se duerme entre las nueve y las doce que es la hora que normalmente pasó con ella de lunes a viernes cuando regreso del trabajo. Definitivamente, un tiempo demasiado intenso. Momentos para disfrutar y fluir a través de la “paternidad”. Creo que soy un padre “chocho”, babeo y babeo por ella y la disfruto. Me vuelve loco.
Hace varias semanas que tenía muchas ganas de encontrar un tiempito para sentarme a escribir y volver. No sabía de qué, hay tantas cosas al mismo tiempo en juego. Tampoco sabía si cambiar hasta el nombre del blog. Pero bueno, simplemente quería volver, volver a darme este tiempo.
Mientras tanto, ella acaba de cumplir cuatro meses.
Hace varias semanas que tenía muchas ganas de encontrar un tiempito para sentarme a escribir y volver. No sabía de qué, hay tantas cosas al mismo tiempo en juego. Tampoco sabía si cambiar hasta el nombre del blog. Pero bueno, simplemente quería volver, volver a darme este tiempo.
Mientras tanto, ella acaba de cumplir cuatro meses.
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