lunes, 24 de septiembre de 2007
Su primera cancion
Durante estas primeras semanas tú mamá me ha pedido que cada mañana ponga una canción de Café Tacuba: Eres.
De alguna manera se ha convertido en una especie de oración matutina, en una mutua invocación para que sigas creciendo milímetro a milímetro, pequeño bebé.
Eres Lo que más quiero en este mundo, eso eres
Mi pensamiento más profundo también eres,
Tan solo dime lo que .., aquí me tienes
Eres, cuando despierto lo primero, eso eres
Lo que a mi vida le hace falta si no vienes,
Lo único precioso que en mi mente habita hoy
Qué mas puedo decirte?
Tal vez puedo mentirte sin razón,
Pero lo que hoy siento es que sin ti estoy muerto,
pues eres
Lo que más quiero en este mundo, eso eres
Eres, el tiempo que comparto, eso eres
Lo que la gente promete cuando se quiere
Mi salvación, mi esperanza y mi fe
Soy
el que quererte quiere como nadie,
soy
El que te llevaría el sustento día a día,
El que por ti daría la vida, ese soy
Aquí estoy a tu lado,
y espero aquí sentado hasta el final
No te has imaginado lo que por ti he esperado,
Pues eres Lo que yo amo en este mundo, eso eres
Cada minuto en lo que pienso, eso eres
Lo que más cuido en este mundo, eso eres.
Ocho Semanas
Hace ocho semanas, bastó que solo uno de los 500 millones de espermatozoides que viajaban a la velocidad de tres milímetros por minuto, alcance el óvulo y llegue a fecundarlo. La célula humana más pequeña, se unió a la más grande. Y entonces empezó esa especie de milagro químico: la división celular, el encuentro inicial de dos células que se convertirán luego en un ser formado por trillones de células.
Todos los rasgos del cuerpo humano, las extremidades, órganos, músculos y nervios se irán definiendo durante las primeras nueve semanas que serán las más frágiles. A las dos semanas, ya era una masita embrionaria que media 1.5 milímetros y del tamaño de la cabeza de un alfiler. A la cuarta semana, uno de los primeros órganos en formarse fue el corazón que empezó a latir a 80 pulsaciones por minuto. Fue durante esta semana la primera vez que lo vimos en la ecografía, era “puro corazón”. Mientras tanto, las patitas, las manitos y los rasgos de la cara se han ido bosquejando, sus orejas, boca y nariz se han hecho visibles y ahora, a las ocho semanas va dejando de ser un embrión para parecerse ya a un pequeño humano.
Recién han pasado los primeros 58 días y quedan todavía aproximadamente 221 días por delante. Es asombroso, dicen que el alma pesa 21 gramos pero él-ella apenas esta pesando cinco gramos, mide tan solo treinta milímetros y esta terminando su octava semana de existencia. Su singularidad es todo un misterio aunque parte de su aspecto, carácter y hasta vulnerabilidad a ciertas enfermedades se dice que podrían pronosticarse desde la misma fertilización. ¿Qué será? ¿Será hombre o mujer? ¿Cómo será?, ¿una personita inquieta y curiosa, tímida o extrovertida?, ¿será callado o parlanchín?, ¿cómo será su sentido del humor?, ¿qué tan inteligente será?, ¿será ansiosito o sereno, valiente o temeroso?, ¿qué tan sensible?, ¿será fuerte y arriesgado?... ¿Cómo será? Por el momento, los pequeñísimos dedos de las manos y los pies tienen ya sus huellas digitales que no cambiarán hasta el final de su vida.
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